El nombre Chile ha acompañado a nuestro territorio desde los primeros días de la Conquista. Aunque en la documentación oficial de la Corona española (y en la correspondencia de Pedro de Valdivia) se hablaba de la Gobernación de Nueva Extremadura, el uso popular y constante del término Chile terminó por imponerse.


A lo largo de los siglos, diferentes cronistas, religiosos y estudiosos han intentado explicar el origen del nombre Chile. Ninguna versión ha sido definitiva, pero todas revelan un pedazo del mosaico histórico y lingüístico que dio forma al nombre del país.

La versión de los primeros cronistas

Uno de los primeros en dejar registro fue Alonso de Ercilla, quien en los inicios de su obra La Araucana escribió: «Es una provincia grande que contiene en sí muchas provincias; nómbrase Chile por un valle principal llamado así; fue sujeto al Inga rey del Perú, de donde le traían cada año gran suma de oro, por lo cual los españoles tuvieron noticias de este valle;…» Según Ercilla, el nombre habría nacido de un valle principal que luego extendió su denominación a toda la provincia hasta el estrecho de Magallanes.

Nombre de Chile

Por su parte, el cronista Alonso González de Nájera sostuvo en Desengaño y reparo de la guerra del Reino de Chile: «Chile quiere decir ‘frío’ en lengua de algunos naturales, nombre que le fue dado por ser excesivamente fríos los vientos que corren de sus nevadas sierras en tiempo de invierno, en las partes que caen al sur».

El canto del “trile” y la voz “Chili”

El abate jesuita Juan Ignacio Molina, en el siglo XVIII, aportó otra explicación de carácter más poético: «Con mucha más verosimilitud pretenden los chilenos que se derive su nombre de la voz Chili que repiten con mucha frecuencia ciertos pajarillos del género de los tordos, de que abunda el país».

Según esta versión, el nombre Chile provendría del canto del ave conocida como trile, considerada una buena señal por los primeros habitantes del territorio.

Esta idea coincide con lo expresado por Manuel Antonio Román en su Diccionario de chilenismos y otras voces y locuciones viciosas (1908): «En cuanto a la etimología de Chile… se derive como lo más seguro y probable, que el ave llamada ahora trile (Xanthornus cayenensis), porque tal es su grito, y que, según las regiones, se pronunciaba thrile o chile».

Nombre de Chile

El cacique Tili y la “nata de la tierra”

Un planteamiento más elaborado fue el del jesuita Diego de Rosales, quien escribió: «El nombre de este Reyno de Chile lo tomó de un cacique de mucho nombre que vivía en Aconcagua y era señor de aquel valle, […] el qual cacique se llamaba Tili, y corrompiendo el vocablo los del Perú, le llamaban Chilli o Chili». Rosales relata que los conquistadores del Perú, al oír hablar de este cacique y su valle, transformaron el nombre Tili en Chili o Chile porque sonaba mejor y era más cercano al quechua, la lengua general del Imperio Inca.

El propio Rosales añadió un matiz lingüístico interesante:

«En lengua quichua chili significa ‘nata y flor de la tierra […] y los primeros conquistadores del Perú que entraron a Chile, ya por parecerse al nombre del cacique Tili, ya porque esta tierra les pareciese fértil y la nata de otras, le llamaron Chili, y esse nombre cogieron los españoles, pronunciado Chile o Chili».

Interpretaciones republicanas y modernas sobre el nombre de Chile

Durante la República, el tema volvió a despertar curiosidad. En 1877, el historiador Benjamín Vicuña Mackenna rechazó la idea del pajarillo trile: «La derivación del nombre de Chile a la articulación de un humilde pajarillo de nuestra zona -el tril- que ni siquiera modula su insípido canto con ese sonido».

Y concluyó: «Es un nombre indígena del país […] anterior a la conquista incarial y al descubrimiento y conquista europeos», «fue asignado a un valle especial, el de Aconcagua, que el uso y la conquista hizo estensivo gradualmente a todas las comarcas del país».

A comienzos del siglo XX, el antropólogo y arqueólogo Ricardo Latcham propuso una versión similar a la de Rosales: «Que los indios trasplantados de la región de Arequipa dieron al valle [de Quillota o Aconcagua] que vinieron a ocupar el nombre de Chile, en recuerdo de su patria».

Según Latcham, en Arequipa existía un río Chile, cuyo nombre derivaba de chiliva, “tuétano”, por el color blanquecino de sus aguas. Así, al llegar al nuevo territorio, los indígenas habrían trasladado ese nombre.

Finalmente, el investigador resolvió:

«Almagro llegó hasta el valle de Chile, o como se decía entonces, el valle de los Chiles […] cuando volvió al Perú […] al referirse a su expedición, dijeron que habían llegado hasta Chile, el nombre del último valle en que acamparon. Este nombre se hizo general, al hablar de toda la región al sur de Desierto de Atacama […] es esa la verdadera explicación del nombre de Chile».

El nombre oficial: de “chilenos” a “Chile”

Curiosamente, los habitantes del país fueron llamados “chilenos” antes de que el nombre Chile fuera oficial. En 1818, Bernardo O’Higgins firmó el decreto que reconocía el gentilicio chilenos para los ciudadanos del nuevo Estado.

Recién en 1824, el presidente Ramón Freire dictó el decreto que estableció oficialmente el nombre de la nación: Chile.

Es decir, primero existieron los chilenos… y después Chile.

Resumen 📚

Época de aparición: Durante la Conquista (siglo XVI).
Primeros registros: Crónicas de Alonso de Ercilla y Pedro de Valdivia.
Principales teorías:

Del valle de Tili (Diego de Rosales).
Del ave trile (Juan Ignacio Molina y M. A. Román).
Del término quechua “chili” (“nata o flor de la tierra”).
Del río Chile en Arequipa (Ricardo Latcham).

Uso oficial: Adoptado definitivamente por los conquistadores y consolidado en la República.

Reflexión final

Aunque no existe una versión definitiva sobre el origen del nombre de Chile, las distintas interpretaciones (lingüísticas, históricas y culturales) reflejan el profundo mestizaje de nuestra identidad.

De los cantos del trile al cacique Tili, del quechua antiguo al decreto republicano, Chile es una palabra que ha viajado a través del tiempo, resonando en las voces de quienes lo nombraron, lo soñaron y lo hicieron patria.

Nota: Éstos son extractos de las argumentaciones para apoyar los planteamientos más aceptados, que señalan los distintos investigadores para buscar el origen del nombre de Chile.

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