Los orígenes de la explotación económica durante la Conquista están estrechamente vinculados a la extracción de metales preciosos, en especial de oro.
Para Chile, al igual que el resto de las colonias, ésta fue la explotación económica más importante a lo largo del siglo XVI. En efecto, el oro de los lavaderos fue la principal riqueza obtenida en aquella época y contribuyó a consolidar el proceso conquistador, al generar un punto de atracción para los contingentes de soldados que pasaban del Perú a Chile.
Los lavaderos de oro en el estero Marga-Marga, cerca de Valparaíso, fueron los primeros trabajados por los españoles a su llegada a tierras chilenas. Al conquistarse territorios más al sur, se extendió la explotación a los lavaderos de Quilacoya, próximos a Concepción. También había oro en las proximidades de La Imperial, Valdivia y Villarrica, ciudad esta última que debe su nombre precisamente a esa riqueza metalífera.
A mediados del siglo XVI, la producción aurífera del país era considerable: la media anual entre 1545 y 1560 se calcula en 2.000 kilos de oro. Pero el desastre para los hispanos en Curalaba (1598) y la consiguiente destrucción y abandono de las ciudades situadas al sur del Biobío durante el más grande levantamiento mapuche, terminaron con esa actividad económica, ya debilitada por el paulatino agotamiento de los lavaderos y la considerable disminución de la masa de población indígena que los trabajaba. Un cálculo estimativo posterior a 1560 refleja que la producción de oro había descendido a solo 500 kg de media anual.
Ya no es solo el oro
Se produjo entonces un ajuste en la vida económica de la Colonia, pasándose del interés minero al de las faenas agropecuarias. De esta nueva situación emergió un incipiente comercio de exportación. Así productos agrícolas como el vino, las frutas secas, el sebo, los cueros y las maderas, comenzaron a abastecer a dos de los más importantes centros coloniales de la región: Lima y Potosí, en el Alto Perú. Este tráfico de productos y mercancías estimuló el desarrollo de las actividades navieras y bursátiles a finales del siglo XVI.