Tucapel Jiménez Alfaro

Tucapel Jiménez Alfaro nació en 1921. Su cargo más reconocido fue el de presidente en la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF).


Ya desde su juventud, Tucapel Jiménez, destacó en cargos de dirigencia, ya sea como presidente del club deportivo Lavaderos de Oro (1938) o de la Asociación de Trabajadores de la Dirección de Abastecimiento y Petróleo (1944), hasta el más reconocido cargo de presidente en la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF, desde 1963).

En 1957, durante la V Convención Nacional de la ANEF, fue elegido Director Nacional y presidente, como ya dijimos, en 1963 y luego reelecto en 1967 y 1970. Durante 1981 fundó la Unión Democrática de Trabajadores, de la que fue vicepresidente. En los años de la Dictadura Militar se erigió como uno de los principales opositores, en acciones y fuerza, a esta forma de gobierno. De a poco se fue transformando en un dolor de cabeza que crecía y se preveía un estallido a comienzos de la década de 1980… Fue amenazado de muerte en innumerables ocasiones, por lo cual se cuidaba pero no tanto. Esto fue lo que ocurrió el 25 de febrero de 1982:

La mañana de ese día, Tucapel Jiménez, salió de su casa en Villa España, Renca, en el taxi que trabajaba en los tiempos que le quedaban libres de su actividad sindical a una reunión en la sede de la ANEF en la Alameda con Manuel Rodríguez (hoy una calle lleva su nombre en ese mismo sector), con Manuel Bustos (presidente de la Coordinadora Nacional Sindical, CNS) en la cual iban a afinar detalles del llamado a paralización, un paro de magnitudes no vistas en los casi 9 años del Régimen Militar. En la tarde tenía una reunión con el presidente de la Unión Democrática de Trabajadores (Eduardo Ríos) y una recepción a las 19.30 horas en la Embajada de Australia, con motivo del día nacional de ese país. Ah, como olvidar que tampoco fue a almorzar a su casa, lo que ya era muy extraño.

Unos meses antes ya se había reunido con el ex presidente Eduardo Frei Montalva (otro férreo opositor en esos años a la Dictadura Militar) con el objetivo de tener “una plataforma política en torno al llamado a paro nacional”.

Milenko Mihovilovic, Clotario Blest y Tucapel Jiménez

Esa noche se conoció la noticia de la muerte de un taxista hallado al interior de su vehículo en el sector de Noviciado, Lampa… No identificado aún (¡!), la muerte había ocurrido a eso de las 11 de la mañana. El cuerpo tenía heridas de 3 balas en la cabeza, degollamiento y cortes en las manos. Ya para sus cercanos estaba claro que se trataba de Don Tuca. De esta forma la CNI (Central Nacional de Inteligencia) sacaba del camino a alguien que contaba con el apoyo sindical, que en esos años era mucho más fuerte que hoy, y la fuerza necesaria para provocar una desestabilización del régimen.

Tucapel Jiménez no alcanzó a ver en acción a la masa ciudadana, pero su muerte no fue en vano. Poco después, comenzaron los paros y concentraciones nacionales en contra de la Junta Militar. El año 1982 sufrimos una de las peores crisis económicas y los cimientos del gobierno comenzaron a tambalear. Seis años después de su muerte, el pueblo chileno expulsó del poder ejecutivo a los militares. En 1989 era elegido presidente Patricio Aylwin Azócar, luego de 20 años sin elecciones… pero esas son historias para otro capítulo.

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