Nació a fines de octubre de 1875 y falleció a mediados de mayo de 1929, en La Torrosa, Italia, a los 54 años.
Era nieta de Andrés Bello y creció en un grato ambiente intelectual, formándose completamente en Europa, porque su padre era diplomático.
Sus estudios de escultura los comenzó en Roma, con el maestro Giulio Monteverde, continuándolos después en la Academia de Villa Médicis y en la Academia Julien, en París. En la producción de Rebeca Matte es posible distinguir dos momentos estilísticos, a saber, el neoclasicismo, inspirándose en diversos relatos mitológicos e históricos para desarrollar su obra, y un estilo influido por Rodin, que consistió en percibir la realidad como algo cambiante.
Dentro de su primera etapa estilística, la escultora subordina la materia a favor del tema a representar, es decir, la oculta para simular las características físicas del personaje elegido. De esta manera, la creación se presenta llena de refinamientos táctiles, que se traduce en la presencia de venas, tendones y cartílagos de las figuras. Un ejemplo de esto puede observarse en la magnífica obra Horacio. La pieza es preciosa y con un gran potencial expresivo, pero tiene un exceso de referencia al elemento narrativo del cual surge el personaje. Es decir, el contenido literario sobrepasa el contenido de la obra en sí, siendo que la escultura debiese ser suficiente para que con su sola presencia sea comprendida.
Luego de cosechar éxitos con sus trabajos apegados al clasicismo italiano, Matte se tomó un descanso de unos 11 años, a partir de 1901. Al cabo de ese período comenzó su segunda etapa creativa, muy fecunda e interesante.
Infuencias y nueva etapa creativa
La influencia modernizadora que el escultor francés Auguste Rodin tuvo en Matte es de una importancia enorme. Similar a la percepción que los impresionistas tenían de la realidad, Rodin introdujo un modo nuevo de asumir la visión escultórica. Se trata de una percepción de la realidad como un algo fluido y cambiante, en permanente movimiento y transformación.
Algunos elementos que introduce Rodin y que incorpora la artista chilena son: concluir la obra con un tratamiento inacabado de la superficie; introducir el perfil discontinuo, abocetado, y dejar la evidencia de la huella del artista a través de superficies rugosas. Matte fusionó estos elementos con su estilo académico anterior a la influencia de Rodin, lo que le permitió realizar obras muy potentes, como Duro invierno. Esta es una obra de impecable composición, donde el brazo, y no los pies o el tronco, es el soporte esencial; además el rostro del personaje permite más de una lectura: como resistencia a la adversidad del tiempo (climático y cronológico), que mella cada uno de los rasgos físicos, como la encarnación del concepto “invierno”, resquicio tal vez, de su estilo académico, presente aún en la artista.
Rebeca Matte fue madre de la escritora Lily Iñíguez, quien falleció cuando era joven. A su muerte, la escultora volvió a Chile y fundó un hogar para niños huérfanos en memoria de su hija; también donó parte de sus obras al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) y abandonó la escultura.