Este sitio conmemora la muerte de varios jóvenes asesinados en septiembre y octubre de 1973, al inicio de la dictadura cívico-militar.


El 12 de octubre de 1973, 14 jóvenes fueron secuestrados desde la comuna de Puente Alto, bajados de las patrullas a la altura del puente Bulnes con Balmaceda y obligados a correr confiando en la posibilidad de salvar sus vidas de esa manera. Sin embargo, fueron ejecutados por la espalda y posteriormente abandonados en distintos lugares de Santiago.

Asimismo, los días 15, 17 y 19 de septiembre de 1973 se llevaron a cabo operativos militares al interior del Hospital San Juan de Dios. Efectivos militares apostados en la Quinta Normal y el Instituto Diego Barros Arana detuvieron a varias personas: cinco fueron ejecutadas en el Puente Bulnes, entre los que estaba el sacerdote español Joan Alsina, y dos permanecen desaparecidas hasta la fecha.

Muro de la Memoria

En la actualidad, bajo el puente está la plaza Padre Joan Alsina. En ella y sus alrededores se han instalado diferentes formas de recuerdo y alusión de los crímenes ahí cometidos. Hay varias placas conmemorativas: en memoria de los 14 jóvenes de Puente Alto, otra en homenaje a los funcionarios del Hospital San Juan de Dios y otra dedicada a los sacerdotes ahí asesinados.

Además, hay una cruz, unos murales y el «Muro de la Memoria» realizado por los fotógrafos Claudio Pérez y Rodrigo Gómez. Este muro está compuesto por los retratos fotográficos de 936 detenidos desaparecidos impresos en baldosines cerámicos; con la particularidad de ser fotografías de las víctimas en posturas y actividades cotidianas. La constitución de este mural fotográfico contempla varias baldosas en blanco, que corresponden a los 256 retratos que no pudieron hallarse.

Joan Alsina y el Puente Bulnes

Este sacerdote, nacido en Gerona, Cataluña, fue asesinado a los 31 años de edad. Ejercía su ministerio en la parroquia San Ignacio de San Bernardo y trabajaba como jefe de personal en el Hospital San Juan de Dios.

En los expedientes se consigna la declaración del soldado que le disparó, que señala que al intentar vendarle los ojos para luego fusilarlo, escuchó la voz del sacerdote que le decía «por favor no me pongas la venda, mátame de frente, porque quiero verte para darte el perdón«. Este militar recuerda que Alsina levantó su mirada al cielo, hizo un gesto con las manos, las puso sobre su corazón, movió los labios como si estuviera rezando y dijo: «Padre, perdónalos«. Tras el disparo del soldado, cayó al suelo, muerto.

El certificado de defunción consigna como lugar de la muerte el puente Bulnes sobre el Río Mapocho.

Solo texto extraído de la guía Ruta de la Memoria (1973-1990, Santiago), Ministerio de Bienes Nacionales

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