Pedro Montt Montt

Presidente de la República a inicios del siglo XX, en plena época de ebullición de la llamada «Cuestión Social».


Nació en Santiago, el 29 de junio de 1849. Murió en Bremen, Alemania, el 16 de agosto de 1910. Hijo del presidente Manuel Montt Torres y de Rosario Montt. Desde su infancia se vio rodeado de las inquietudes políticas de la época. Fue miembro de Partido Nacional, que fue cofundado por su padre. Siendo aún muy joven se tituló de abogado, aunque jamás ejerció su profesión.

En 1876, fue elegido diputado suplente por Petorca y La Ligua, y desde 1879 a 1891 electo en propiedad por la misma circunscripción. Reconocido por su oratoria y su enorme prestigio, fue elegido presidente de la Cámara de Diputados entre 1885 y 1886, actuando con notable energía, especialmente con algunos de sus mismos correligionarios un tanto díscolos.

Ministro

Ferviente partidario del presidente Balmaceda, quien lo nombro ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, cargo que ejerció entre septiembre y diciembre de 1886. En junio de 1887 fue llamado para integrar un nuevo gabinete, en el que ocupó la cartera de Obras Públicas, de reciente creación, y donde se destacó por las numerosas tareas que impulsó bajo la inspiración del presidente. En abril de 1888 dejó el cargo por sus críticas a Balmaceda en relación con el despilfarro de dinero y la deficiente administración de las inversiones de gobierno, y se pasó a la oposición. Sufrió las persecuciones del régimen, y tuvo que trasladarse a Estados Unidos. Allí actuó como agente del gobierno revolucionario instalado en Iquique.

Luego de la caída de Balmaceda, el nuevo gobierno de Jorge Montt, pariente lejano suyo, lo nombró oficialmente ministro plenipotenciario en Washington. El lastimoso episodio el Baltimore, con su desenlace desfavorable a los intereses de su patria, lo decidió a regresar a Chile, y reintegrarse a la vida política nacional, donde podía actuar más libremente que como funcionario público. Fue elegido diputado por Petorca y La Ligua (1891-1894).

El presidente Montt, respetando su carácter obstinado, lo nombró ministro en las carteras de Hacienda e Interior. Fue reelegido diputado por dos períodos consecutivos y nuevamente presidente de la Cámara en 1898. El nuevo presidente de la República, Federico Errázuriz Echaurren (1896-1901) tuvo en él un sagaz consejero que supo imprimir sus ideales americanistas y de paz en los conflictos limítrofes con Argentina, los cuales se pretendieron sellar con el Abrazo del Estrecho, en febrero de 1899. En este último año fue elegido senador por Cautín.

Se presentó como candidato a la Presidencia de la República apoyado por los partidos Conservador y Nacional. Pero el triunfo correspondió a su rival Germán Riesco (1901-1906), hombre poco conocido en las lides políticas capitalinas. Desilusionado viajó a Europa, de donde no regresó hasta dos años después. Se reincorporó al Senado, en el que participó en diversas comisiones. Fue elegido senador por Santiago con el apoyo entusiasta de los jóvenes liberales. Luego, una convención liberal-radical lo proclamó nuevamente candidato a la Presidencia del país.

Presidente

Unas tranquilas elecciones dieron el triunfo a Pedro Montt, quien asumió la primera magistratura el 18 de septiembre de 1906, a los 57 años. El terremoto de Valparaíso, ocurrido en el mes de agosto de ese mismo año, y que abarcó una extensa zona del centro del territorio, con enormes pérdidas en vidas humanas y bienes materiales, ocupó gran parte de los esfuerzos de la nación. Montt se aplicó con decisión y entusiasmo a mitigar esta desgracia y para ello puso en marcha un ambicioso plan de obras públicas.

Aunque el país se recuperaba lentamente, la agitación obrera motivada de forma directa por la carestía de la vida desembocó en grandes huelgas, como la de 1903 y la Matanza en la escuela Santa María de Iquique, saldada con numerosos muertos y heridos. El presidente perdió el apoyo de la ciudadanía, y el Congreso, que siempre le fue adverso, endureció sus críticas a la dirección del Estado.

Los problemas económicos, la inflación y la conversión metálica fueron sus principales preocupaciones. En los últimos años de su administración se encontró de nuevo con situaciones incómodas con Estados Unidos, como el caso Aslop. Por otra parte, dio un fuerte impulso a las comunicaciones ferroviarias, tanto en Chiloé como como en el Longitudinal Norte. Durante su gestión se inauguró el Ferrocarril Trasandino y se realizaron importantes obras en el puerto de Valparaíso. Se terminó el edificio y las instalaciones del Museo de Bellas Artes y otras importantes construcciones fiscales como la Escuela de Farmacia, el instituto Comercial, el instituto de Educación Física, Escuela Normal de Preceptores de La Serena y numerosos liceos y escuelas.

Ultimos días

A pesar de su delicada salud, en mayo de 1910 viajó a Buenos Aires para las fiestas del Centenario de ese país. Muy enfermo, no pudo asistir a todas las celebraciones y a los pocos días de su regreso a Santiago le sobrevino un ataque que lo dejó inconsciente. Se designó entonces, el 8 de julio, como vicepresidente al ministro del Interior, Elías Fernández Albano, quien fallecería en septiembre siendo sustituido en la vicepresidencia por Emiliano Figueroa Larraín (6 de septiembre). Montt partió a Alemania en busca de cura para sus males, pero a poco de llegar falleció de un ataque cardíaco a los 61 años.

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