La Primera Junta de Gobierno, entre otras acciones, llamó a elecciones para constituir un Congreso Nacional, que sería efectivo en 1811. El día de las elecciones se produjo este motín.
La Primera Junta de Gobierno, liderada por Martínez de Rozas tras el fallecimiento de don Mateo de Toro y Zambrano (26 de febrero de 1811), debió enfrentar el motín de Figueroa. Esta sublevación se produjo el 1 de abril de 1811 y fue protagonizada por las tropas santiaguinas al mando del teniente coronel Tomás de Figueroa. Tuvo por objetivo impedir la realización de la elección de diputados en Santiago y derribar a la Junta.
Si bien el movimiento fue rápidamente controlado, la dureza con que fue reprimido hizo pensar a muchos que los cambios políticos que se experimentaban podían transformarse en el inicio de una nueva situación compleja, que eventualmente derivaría en los excesos que marcaron la Revolución Francesa. El motín de Figueroa provocó tal estado de agitación que patrullas militares armadas y grupos civiles -algunos de ellos liderados por el fray Camilo Henríquez- premunidos de garrotes recorrían las calles en busca de amotinados. Figueroa se refugió en el convento de Santo Domingo, de donde fue sacado a viva fuerza, procesado y fusilado. Las autoridades sospecharon de la complicidad de la Real Audiencia, y se abolió el tribunal. El proceso judicial se llevó a cabo por una comisión especial integrada por Juan Enrique Rosales, Francisco Antonio Pérez y José Gregorio Argomedo.
El resultado del proceso fue la condena a muerte de Figueroa, que se ejecutó casi de inmediato, dándose al inculpado un breve tiempo para confesarse; esta confesión se realizó, irónicamente, ante el mismo fray Camilo Henríquez.
Estos hechos fueron determinantes en la elección de los diputados por Santiago, quienes en su mayoría eran más bien reformistas moderados o monárquicos.
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