El público siempre se pregunta al término de cada actuación de Emociones Clandestinas: ¿Cómo pueden sonar tan bien?
La pregunta surge cuando comprueban que los instrumentos de la banda penquista no tienen nada de moderno. Son dos guitarras de la década del sesenta y una batería hechiza.
Y aunque fueron adquiridas por gusto, las primeras, y por necesidad, la segunda, su antigua data en nada opaca la calidad interpretativa de los jóvenes músicos. Con ellos lograron ocupar un lugar destacado en la vanguardia del amplio espectro del movimiento pop nacional, con un sonido compuesto por after-punk, algo de rockabilly y algunos elementos de funky.
Su «música experimental», como la definen, la cultivaron durante un buen tiempo en su ciudad natal (Concepción), hasta que los descubrió Carlos Fonseca, de Fusión, y los invitó a participar en el Primer Festival del Nuevo Pop Chileno, en el velódromo del Estadio Nacional. Terminaba 1985, y el grupo lo integraban cinco personas. Ahora son cuarteto. Y a casi un año de su comentada primera actuación en Santiago -su antiguo baterista sufrió un síncope cardíaco cuando recién había subido al escenario-, Emociones Clandestinas siente que su carrera se está consolidando: tuvieron una cariñosa aunque inesperada recepción de las cuatro mil personas que asistieron al recital de Los Prisioneros en Concepción, donde telonearon; y acaban de grabar su álbum debut, el que aún no tiene título
«Estamos muy conformes con el trabajo. Claro que tuvimos importantes ayudas de los ingenieros de sonido Alejandro Lyon y Antonio Gildemeister, de Estudio A, donde grabamos. Logramos plasmar toda nuestra energía, la misma que dejamos sobre el escenario. Somos esencialmente músicos».
El disco
El álbum saldrá a la venta en marzo del próximo año (1987) y en él se incluyen los principales hits de Emociones: «Un Nuevo Estilo De Baile», «Radio Clandestina» y «Te Tengo Atrapada», escritos, como todos los temas del grupo, por Jorge Alvarado.
Mientras, la banda sigue trabajando en un importante proceso de afiatamiento interno: la vocalización, la que adquirió notoriedad con la salida de su joven vocalista Gloria Narváez. Los cuatro jóvenes asumieron la interpretación de los temas, ya que consideraron inconveniente invitar a otro cantante.
«Nadie interpretaría nuestras canciones con la fuerza y la intención con que lo hacemos nosotros. Pero Jorge, por ejemplo, nunca cantó, lo que lo obliga a trabajar intensamente en eso».
No están seguros de seguir el mismo camino de algunas bandas de la zona: trasladarse a la capital.
«No queremos centralizar la música», dicen, al tiempo que confiesan que su plan más inmediato es, simplemente, «tocar, tocar, tocar, en Santiago, en Concepción, donde sea, donde quieran».