El prodigioso talento con el cual Claudio Arrau llegó al mundo siempre estuvo apoyado con estudio y disciplina.
Encaminado por su madre y profesora de piano, Lucrecia León, este pequeño gigante de la música docta dio su primer concierto a los cinco años, nada menos que en el Teatro Municipal de Chillán, interpretando la obra Aire de Luis XIII, de L. Streabbog (seudónimo de Louis Gobbaerts), por la que recibió una «lluvia de aplausos», según registró un periódico de la época.
Claudio Arrau León nació el 6 de febrero de 1903 en Chillán. Su padre, Carlos Arrau Ojeda, falleció cuando él tenía solo un año. Tempranamente partió a Alemania a estudiar música. Lo hizo a los ocho años, junto a su madre y sus hermanos Carlos y Lucrecia. El viaje no fue un regalo, porque en 1909 tuvo que completar una serie de audiciones ante los congresistas para obtener una beca de estudio. Cuando la tuvo, se la entregó el propio presidente Pedro Montt.
La beca duraba 10 años, a partir de 1911. Desde ese momento, el joven prodigio pasó a ser un ciudadano universal. En Berlín estudió piano y tuvo como principal maestro a Martin Krause. Debutó en público en 1914, en un concierto en honor al rey de Sajonia y, posteriormente, tocó bajo la dirección de afamados músicos como Richard Strauss y Otto Klemperer, para luego debutar con la Orquesta Filarmónica de Berlín (1920).
Al año siguiente, cuando se cumplió el plazo de la beca, volvió a Chile, pero por poco tiempo, porque pronto partió de gira por Sudamérica, la primera de muchas. Y en 1922, volvió a Europa, esta vez, para cumplir presentaciones en Londres. A continuación, y con solo 20 años de edad, Arrau comenzó otra gira, la que hizo por Estados Unidos.
Lejos de Chile
Estudiando en la misma ciudad de Berlín se encontraba su compatriota Rosita Renard. Ella vinculó a Arrau con el maestro Martin Krause, con quien formó una relación que trascendió el carácter académico, pues el pianista lo consideró su figura paterna. Según sus biógrafos, la muerte de Krause, en 1918, causó en el joven un duro revés emocional.
Hacia la década de 1920, Arrau se había consagrado en Alemania como un intérprete muy virtuoso tanto en música clásico-romántica como en composiciones contemporáneas vanguardistas. Preparado entonces, emprendió varias giras por Estados Unidos, Sudamérica y Chile, que no hicieron más que acrecentar su prestigio y virtuosismo.
En 1933, debutó en México, donde tres años más tarde interpretó la música de la película de José Bohr, «Sueño de Amor», basada en la vida de Liszt. También participó en el filme del mismo director «¿Quién mató a Eva?».
Durante la Segunda Guerra Mundial, el pianista y su esposa abandonaron la Alemania nazi y se radicaron en Estados Unidos, con lo cual se descartó definitivamente la posibilidad de que Arrau se estableciera en Chile. Fue entonces cuando comenzó a ser difundido masivamente a través de dos rollos de pianola, producidos en Londres en 1922, aunque fue con las innumerables publicaciones discográficas realizadas desde la década de 1950 que se produjo la masificación de Claudio Arrau León en el mundo entero, alcanzando a públicos de distintos segmentos.
El año mundial de Claudio Arrau
En los principales círculos musicales del mundo, 1983 fue declarado «El año de Claudio Arrau», lo que implicó un gran homenaje en vida. Su cumpleaños fue celebrado en el Lincoln Center de Nueva York, y quien le cantó el ‘Happy Birthday’ fue el tenor Plácido Domingo. El 21 de julio de ese año, la UNESCO le entregó el máximo galardón otorgado a un músico por esa institución: el Premio Mundial de la Música… En Chile, aún no recibía el Premio Nacional 🙁
La existencia del pianista estuvo contantemente atravesada por su ausencia de Chile. Con todo, hizo cerca de 20 visitas musicales a nuestro país, y en todas tuvo una calurosa recepción popular. Recién a los 80 años se le dio el Premio Nacional de Artes Musicales.
Su última gira mundial la realizó en 1990, falleciendo al año siguiente en Mürzzuschlag, Austria, el 9 de junio.
