El cerro Santa Lucía es uno de los puntos de interés turístico más relevantes de la ciudad de Santiago. Ha estado desde siempre acompañando a los humanos habitantes de estas tierras por unos 15 milenios.


En cualquier crónica o historia de la ciudad, el cerro Santa Lucía ocupa un lugar importante, ya sea como lugar histórico, paisajístico, ceremonial o constructivo. Aquí había una cantera y, por muchos años, un cementerio «ilegal» para no católicos.

Su forma y composición delatan un origen volcánico, roca magmática y columnas basálticas en algunos lugares; podríamos decir que tiene ya algunos millones de años de existencia y probablemente fue un volcán o un pequeño cono de un sistema mayor, extinto.

Esta mirada a través de la geología, es una interesante propuesta para ver lo cercano con otros ojos y maravillarse con las escalas temporales que maneja esa ciencia. Descubrir las rocas que están ahí, que evidentemente siempre se vieron cuando este era un cerro pelado y que hoy, luego de la transformación en paseo por Benjamín Vicuña Mackenna (1872-1874), aún se presentan silenciosas e imponentes, aunque hayan pasado varios siglos y parezca mucho tiempo… ¡En la escala geológica eso es menos que un suspiro!

Cerro Santa Lucía

¿Qué es un geositio?

El título dice geositio, pero ¿qué es un geositio? Para definirlo, nos remitimos al XII Congreso Geológico Chileno (2009):

«[Es] un afloramiento, o varios afloramientos vecinos, que contienen un objeto geológico de valor, que vale la pena identificar. El valor puede ser de muy diversa naturaleza: estrictamente geológico, mineralógico, paleontológico, estructural, petrológico, paisajístico, geomorfológico, arqueológico, etc., y la mayor de las veces una combinación de estas características. Su identificación y posterior preservación contribuirá a la difusión de los valores de la ciencia geológica en el país, y a preservar para generaciones futuras sitios importantes para la ciencia, la cultura y la sociedad.«

El Santa Lucía es, entonces, un geositio en el centro de la capital de Chile. En él se pueden observar unas extrañas, hexagonales y hermosas formaciones llamadas basaltos columnares, que son relativamente poco frecuentes y muy apreciadas escénicamente. Por ejemplo, en Irlanda está la llamada «Calzada del gigante» (The Giant’s Causeway) que cuenta con unas 40.000 de estas columnas; en el sur de Chile, Curacautín, está el «Salto de la Princesa» en que se puede observar gran cantidad sin tener que viajar a Irlanda. Si estás o pasas por Santiago, ya sabes dónde encontrarlas

La cima del cerro Santa Lucía está a 629 msnm, pero su desnivel respecto de la base que observamos es de solo 69 metros, por lo que es un cerro pequeño. Entonces, no es difícil de recorrer y en él puedes encontrar parte de la historia de Chile, incluso, desde tiempos inmemoriales.

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