Bernardo O’Higgins fue uno de los principales personajes en el inicio de la historia de Chile como país independiente.
Nació el 20 de agosto de 1778 en lo que se conoce como Chillán Viejo. Hijo ilegítimo del irlandés Ambrosio O’Higgins, gobernador de Chile (1788-1796) y virrey del Perú, y de Isabel Riquelme, chillaneja. A los 4 años, su padre ordenó a un preceptor en Talca y a los 9 lo hizo trasladar a una escuela de Chillán. Dos años después partió a estudiar a un colegio de Lima, Perú.
En 1792 fue a estudiar a Londres y luego a España, siendo su estadía en Europa fundamental para su formación intelectual y su contacto con el venezolano Francisco Miranda decisivos para sus ideales independentistas. Cuando su padre murió debió regresar a Chile (1802) a hacerse cargo de una hacienda en Los Ángeles. En 1804 se fue a vivir a Chillán con su madre y su hermana Rosa, quien sería su confidente hasta el día de su muerte.
Fue nominado alcalde de Chillán y en 1811 fue elegido diputado por Los Ángeles para integrar el primer Congreso Nacional. Ese mismo año y tras el golpe contra el Congreso realizado por José Miguel Carrera, asumió como vocal de la nueva Junta; pero renunció por diferencias con el líder del movimiento. Cuando los realistas volvieron a desembarcar en Chile, esta vez en Talcahuano, se puso a las órdenes de Carrera nuevamente.
De vuelta al combate
En octubre de 1813, en una acción que pretendía tomar Chillán de las manos españolas fue sorprendido en el paso de El Roble, siendo esta acción una en la que demostró la serenidad y habilidad de O’Higgins para conducir las tropas, manteniendo contenido al enemigo hasta que arribaron refuerzos. En noviembre una nueva Junta lo designó Comandante Jefe del Ejército, sacando del cargo a Carrera… marcando el quiebre definitivo en la relación de ambos.
A comienzos de 1814 llegó a nuestro país una nueva oleada militar realista, encabezada por Gabino Gaínza, con quien O’Higgins firmó el pacto de Lircay, que al poco tiempo fue desconocido por ambos bandos. Con esto las tropas españolas se atrincheraron en Concepción a la espera de la nueva expedición enviada desde el Perú al mando de Mariano Osorio. Las tropas avanzaron sin mayores problemas desde Concepción hacia Santiago. O’Higgins y sus hombres se atrincheraron en Rancagua, pero fueron sitiados en la plaza. La heroica resistencia finalizó con el afortunado escape del general y algunos patriotas con dirección a Santiago y luego en escape masivo hacia Mendoza, Argentina. Pocos días después los realistas llegan a Santiago dando con esto concluido el período que llamamos Patria Vieja y comenzando la Reconquista Española.
Durante un par de años colaboró con José de San Martín en la organización del Ejército de Los Andes. Así en enero de 1817 emprenden rumbo a Chile y el primer enfrentamiento da como vencedoras a las tropas patriotas en la Batalla de Chacabuco el 12 de febrero. Con esto obligan a los realistas a abandonar el Valle Central y refugiarse en Talcahuano. A la semana siguiente O’Higgins asumió como Director Supremo. Las primeras medidas fueron: repatriar a los prisioneros de la isla Juan Fernández, la compra de buques a Estados Unidos para formar la futura Escuadra Nacional, la fundación de la Escuela Militar, la abolición de los títulos de nobleza, la acuñación de monedas, la creación de una nueva bandera nacional, entre otras medidas.
La Independencia
El 1 de enero de 1818 firmó la Independencia de Chile en Talca (aún este hecho no era definitivo). El 19 de marzo los patriotas fueron derrotados por las tropas de Osorio en Cancha Rayada, donde Bernardo O’Higgins fue herido de gravedad. Días después, en las puertas de Santiago, Batalla de Maipú, los realistas fueron vencidos definitivamente el 5 de abril. Aún convaleciente de Cancha Rayada, O’Higgins participó en las acciones finales de esta batalla definitiva para Chile y decisiva para el resto de América.
Ya sin amenazas realistas se abocó a la preparación de la Escuadra Libertadora del Perú. Fundó la Escuela Naval, reabrió la Biblioteca Nacional, promulgó una constitución provisoria que le otorgaba amplias facultades de gobierno. El fusilamiento de los hermanos Carrera en Mendoza y el asesinato de Manuel Rodríguez en Tiltil, ambos crímenes vinculados con la Logia Lautarina, de la que formaba parte, significaron un gran golpe a su prestigio. La oposición fue imposible de acallar con decisiones de interés popular, como enviar fuerzas militares para combatir focos realistas que quedaban en el Sur, la toma de Valdivia por lord Thomas Cochrane o la salida de la Expedición Libertadora del Perú.
La complicada situación económica obligó a que el gobierno redujera sueldos, entre otras medidas. Los años 1821 y 1822 fueron especialmente difíciles por el agotamiento económico del país. Un grupo de medidas y hechos desafortunados como la implantación de una constitución política que perpetuaba el régimen fueron las principales causas que movieron a Ramón Freire a sublevarse en Concepción, luego se sumó la ciudad de Coquimbo. Y así, sin plataforma política objetiva, O’Higgins evitó un inútil derramamiento de sangre, abdicando el 28 de enero de 1823. Unos meses después se embarcó al Perú y permaneció en la finca de Montalbán hasta su muerte, a los 64 años (1842).
En el campo de batalla, si bien no tenía formación militar, actuó con valentía y honor. Sus restos se repatriaron en 1869 y actualmente descansan en una cripta en la Plaza de la Ciudadanía, Santiago.
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