Alberto Valenzuela Llanos fue un pintor que desarrolló su arte desde fines del siglo XIX hasta comienzos del XX.


Su amor por los paisajes de su natal San Fernando, donde llegó al mundo el 29 de agosto de 1869, constituyó la motivación más importante de Alberto Valenzuela Llanos para dedicarse a la pintura. Pero alcanzar esta meta no fue tarea fácil, porque a los 14 años debió abandonar el liceo donde estudiaba. Se vio obligado a trabajar como vendedor de géneros en una tienda de esta ciudad, debido a que su familia atravesaba por dificultades económicas.

Pero sus padres sabían que esta no era su vocación y decidieron enviarlo a Santiago a estudiar en la Academia de Bellas Artes. Corría el año 1887 y el futuro maestro de la pintura chilena ya estaba tomando clases con Cosme San Martín y Juan Mochi, dos figuras de la pintura nacional que fueron esenciales en su formación.

Desde entonces, Alberto se dedicó por completo a la pintura y tempranamente comenzó a obtener reconocimientos: medalla de bronce en el Salón Anual de Santiago (1890), de plata (1892), de oro (1893) y Premio Edwards (1894, 1897, 1898 y 1899). No tardó, entonces, en viajar al Viejo Mundo a aprender y perfeccionar su natural talento. Consiguió una beca del gobierno (1901), que renovó cuatro veces hasta 1906. Estudió con Jean Paul Laurens, en la Academia Julien, y tuvo la oportunidad de conocer el impresionismo y el expresionismo.

Alberto Valenzuela Llanos - Manzanillas en flor [PortalDeArte]

De vuelta en Chile, los galardones en honor a su talento continuaron. En 1908 obtuvo el premio de honor en el Certamen Edwards; el año 1910, la medalla de plata en la Exposición Internacional de Buenos Aires, y ese mismo año, con motivo del Centenario de la Independencia, recibió la medalla de oro en la Exposición Internacional de Santiago.

En el año del Centenario, el artista sucedió a Fernando Álvarez de Sotomayor como profesor de pintura en la Academia de Bellas Artes. París ejerció en él una intensa fascinación. De la mano de este enamoramiento fue su progresiva liberación de las rígidas normas académicas. Se dice que Valenzuela Llanos inició en Europa su conquista de las atmósferas luminosas del campo. Así es posible observarlo en su cuadro Manzanillas en Flor (1901). Esta evolución de su pintura hunde sus raíces en su sensible capacidad de contemplar la naturaleza, de la que estaba enamorado. El pintor hacía sus clases al aire libre para que sus alumnos encontraran en la contemplación del paisaje el mismo amor meditativo y silencioso que él había descubierto.

Durante este período desarrolló una nueva sensibilidad ante la luz. La forma de los elementos del paisaje empezó a diluirse, perdiendo los contornos precisos. Riberas del Mapocho es una muestra de ello.

Alberto Valenzuela Llanos - Riberas del Mapocho [PortalDeArte]

La culminación del arte de Valenzuela Llanos se sitúa entre 1913 y 1922. Su tela Puesta de Sol en Los Andes expone esa etapa: obtuvo medalla de plata en el Salón de París de 1913. A partir de entonces, sus composiciones comenzaron a ser más simples y esenciales. Al final de su vida, se trasladó a Algarrobo, que en esos años era un pequeño caserío costino, muy bien plasmado en su maravillosa obra Cardenales de Algarrobo. Con su experiencia plástica, logró llegar a un punto de equilibrio entre naturalismo e impresionismo, liberándose de la objetividad. Su obra fue transformándose cada vez más en transcripción poética de la naturaleza.

Cuando regresó de su último viaje a Europa en 1923, comenzó su último período artístico, que se extendió hasta 1925, año de su muerte (23 de junio). Fue este un tiempo breve, cuyas telas sobresalen por la sencillez y síntesis logradas con maestría.

Alberto Valenzuela Llanos - Marina de Valparaíso [MBVA]

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